No es que nos hayamos vuelto locos y ahora vayamos a hablar sólo de futbol. Bueno, si así conseguimos manteneros atentos, pues igual hacemos la quiniela cada semana. A lo que íbamos: Leo Messi y la biotecnología. No hablamos de las cualidades de Leo como jugador, sino de una jugada del destino que habría podido cambiar la propiedad de unos cuantos balones de oro en los últimos años.
La historia de Leo Messi y el famoso trastorno que le fue diagnosticado con once años de edad: deficiencia de la hormona del crecimiento. Una condición que provoca de todo, menos lo que se supone que necesitas para convertirte en un crack del fútbol: baja estatura, desarrollo retardado de dientes, baja energía, poca masa muscular, depresión, ansiedad. Pues bien, la terapia que recibió Leo gracias a unas cuantas firmas estampadas en una servilleta de papel, no hubiera sido posible sin la biotecnología: mediante ésta se alteran genéticamente algunas bacterias para conseguir que produzcan la hormona de crecimiento en grandes cantidades.
Y ahí venimos nosotros para aprovechar esta anécdota: estamos tan convencidos del potencial de la biotecnología para cambiar la vida de las personas, que a eso nos dedicamos. ¿Qué hubiera sido de Leo sin ella? Pues probablemente no estaríamos hablando de él. ¿Y si en el futuro podemos curar el Alzheimer? O conseguir que futbolistas como Leo se recuperen de sus lesiones en tiempo-todavía-mas récord gracias a las prótesis a medida para sustituir las inmovilizaciones convencionales? Bienvenido de nuevo, Leo. Bienvenida biotecnología para crear proyectos que nos cambian la vida.